miércoles, 31 de agosto de 2016

"El libro de Zhuangzi (o Chuang Tzu)".- Zhuangzi (o Chuang Tzu) (370 a.C. - 287 a.C.)


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  Capítulo 13: El tao del cielo

 "4.-La Virtud del Soberano tiene por origen al Cielo y a la Tierra, al Tao y al Te por principal señor y a la inoperancia por regla habitual. La inoperancia basta y sobra para el buen gobierno del mundo. Por eso los antiguos estimaban tanto la inacción. Si los de arriba guardaran inacción y los de abajo también la guardaran, la misma virtud estaría en vigor abajo y arriba, estando en vigor la misma virtud abajo y arriba, no habría súbditos. Pero si hubiera acción abajo y acción también arriba, actuaría la misma ley (el mismo Tao) arriba y abajo; actuando la misma ley arriba y abajo, no habría Soberano. Arriba tiene que haber, necesariamente, inacción en el gobernar el mundo, abajo tiene que haber, necesariamente, acción para proveer a los quehaceres del mundo. Esta es ley (Tao) inmutable. Por eso los antiguos que gobernaron el mundo, aunque su ciencia abarcaba Cielos y Tierra, no pensaban ni planeaban nada por sí mismos; por más que su elocuencia podía esculpir los diez mil seres, nada hablaban por sí mismos; aunque su poder podía extenderse a todo el continente rodeado por los mares, nada obraban por sí mismos. El Cielo no engendra y todos los seres se producen; la Tierra no hace crecer y todos los seres se crían. El soberano no actúa y las obras se realizan en el mundo. Así está el dicho: nada más espiritual que el Cielo; nada más fértil y rico que la Tierra; naba más grande que el Soberano. Así se dice: la Virtud del Soberano secunda la acción del Cielo y de la Tierra. Este es el Tao (ley) para remontarse sobre el Cielo y la Tierra, discurrir a través de los diez mil seres y manejar las muchedumbres de los hombres. [...]   
 
7.-Antiguamente Shun preguntó a Yao: Su Majestad, Rey celeste, ¿en qué pone sus cuidados? Yao le contestó: Yo tengo cuidado de no tratar con desprecio y altanería a los desvalidos. No desamparo a los menesterosos. Me conduelo con los que mueren. Acaricio a los niños, compadezco a las mujeres. En esto es en lo que yo pongo mis cuidados. Shun le contestó: Bien, muy bien está todo eso pero no es cosa mayor. Pregúntale Yao: Entonces, ¿qué es lo que se debe hacer? Shun le constesta: la virtud del Cielo interviene sin dejar su quietud. El sol y la luna irradian y las cuatro estaciones proceden con la misma regularidad que el día y la noche. Pasan las nubes y prodigan su agua. Yao dijo: Yo, en cambio, me cargo de cuidados y me turbo. Su Merced está unido con el cielo, yo estoy unido con los hombres.
Lo grande y excelente para los antiguos eran el Cielo y la Tierra. Huang Ti, Yao, Shun, todos ellos fueron eminentes por esto. ¿En qué consistió el gobierno de estos antiguos reyes? Nada más en el Cielo y en la Tierra. [...]
 
11.-Lo que en el mundo se aprecia del Tao son los libros. Los libros no valen más que las palabras que contienen. Las palabras son en ellos lo estimable. Lo estimable en las palabras mismas es el concepto. El concepto va en pos de algo [el objeto]. Y aquello, tras lo cual va el concepto, no se puede comunicar con las palabras. Con todo, en el mundo se divulgan los libros por el aprecio que se tiene de las palabras. Aunque el mundo así las aprecia, yo no las juzgo dignas de ese aprecio. Lo que ellos aprecian no es lo que en realidad es digno de aprecio. Lo que puede ser visto son figuras y colores. Lo que puede ser oído son nombres y voces. ¡Triste cosa! Los hombres del mundo creen que las figuras, los colores, los nombres y las voces pueden bastar para captar sus verdaderas realidades. Pero las figuras, los colores, los nombres y las voces en realidad   no bastan para aprender su verdad. Así, el que le conoce no habla y el que habla no le conoce. ¿Cómo ,pues, puede conocerle el mundo?
 
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 Chuang Tzu soñó que era una mariposa. Al despertar, ignoraba si era Tzu que había soñado que era una mariposa o si era una mariposa y estaba soñando que era Tzu".
 


martes, 30 de agosto de 2016

"Middlemarch. Un estudio de la vida provinciana".- George Eliot (1819-1880)


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Capítulo XLVI

 "-Farebrother dice que no cree que Brooke fuera elegido si se presentara la oportunidad. Los hombres que realmente dicen estar a su lado se sacarían otro miembro de la manga en el momento oportuno.
 -No hace daño el intentarlo. Es necesario tener miembros que vivan en esta zona.
 -¿Por qué? -dijo Lydgate, quien acostumbraba a usar esta expresión de forma brusca e inconveniente.
 -Porque representan mejor a la estupidez local -dijo Will riendo y haciendo mover sus rizos-, y así se comportan mejor en la vecindad. Brooke no es un mal tipo pero ha hecho algunas mejoras en su propiedad que no hubiera hecho de no haber sido por su empeño en meterse en el Parlamento.
 -No está hecho para ser un hombre público -dijo Lydgate con gran decisión-. Desilusionaría a todo el mundo que contara con él; puedo verlo en el hospital. Simplemente allí, Bulstrode coge las riendas y lo domina.
 -Eso depende de cuál sea su idea sobre un hombre público -dijo Will-. Es suficientemente válido para esta ocasión; cuando la gente está empezando a animarse no quieren un hombre, quieren un voto.
 -Eso es lo que sucede con ustedes los escritores políticos, Ladislaw, que lanzan al aire una medida como si fuera un remedio universal y cantan las alabanzas de ciertas personas que no son sino una parte de la enfermedad que necesita curación.
 -¿Por qué no? Los hombres pueden cambiar la faz de la tierra sin darse cuenta siquiera -dijo Will, quien de improviso era capaz de encontrar razones para una cuestión que no se había planteado anteriormente.
 -Esa no es excusa para alentar la superstición exagerando las esperanzas sobre esta medida en particular, ayudando a que lo que pregonan arrase con todo, mientras que mandan a votar a unos don nadie que no valen para nada excepto para depositar su voto. Van contra la podredumbre y no hay nada más profundamente podrido que el hacer creer a la gente que la sociedad puede curarse con un "abracadabra" político.
 -Eso está muy bien, querido amigo. Pero su curación debe comenzar por alguna parte y piense que las mil cosas que degradan a la población nunca pueden ser reformadas sin comenzar por esta reforma en particular. Mire lo que dijo Stanley el otro día: que la Cámara no hacía sino alargar inútilmente, durante mucho tiempo, los debates sobre pequeñas cuestiones de soborno, investigando sobre si este o aquel votante había conseguido una guinea, cuando todo el mundo sabe que los escaños habían sido vendidos en bloque. Esperar encontrar cordura y conciencia en los agentes públicos, ¡qué estupidez! En lo único que en conciencia podemos confiar es en el reconocimiento común de un error de clase, y el criterio más acertado y ventajoso para todo el mundo será el de escuchar las exigencias de la gente. Mi lema es: ¿qué lado es el perjudicado? Yo apoyo a los hombres que reclaman sus derechos, no al virtuoso portador de la mentira.
 -Ese discurso general sobre un caso en particular es una forma de levantar polémicas, Ladislaw. Cuando yo digo que busco la dosis que sea capaz de curar no quiere decir que vaya a dar opio en un caso determinado de gota.
 -Yo no estoy intentando polemizar sobre lo que estamos discutiendo; ¿cree que no debemos empezar hasta que encontremos hombres intachables con los que trabajar? ¿Es eso lo que usted haría? Si hubiera un hombre que le propusiera una reforma médica y otro que no lo hiciera, ¿preguntaría cuál de ellos tiene mejores argumentos o quién posee un cerebro más lúcido?
 -Oh, desde luego -dijo Lydgate, viéndose atrapado en una jugada que él mismo había a menudo utilizado-; si uno no trabajara con los hombres que hay a mano todo se quedaría en un punto muerto. Suponga que aquellos que opinan negativamente acerca de Bulstrode estuvieran en lo cierto, no es tampoco menos cierto que tiene opinión y decisión para hacer lo que creo que debe hacerse en aquellos aspectos que más conozco y más me preocupan; pero ese es el único punto que comparto con él -añadió Lydgate con orgullo acordándose de los consejos del señor Farebrother".  

lunes, 29 de agosto de 2016

"La pirámide inmortal. El secreto egipcio de Napoleón".- Javier Sierra (1971)


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33.- París, 19 de agosto de 1795

 "Próximo a la céntrica rue de Saint Martin, en pleno barrio del Temple, la calle de Montmorency no dejaba de ser un paso estrecho sin vida comercial de ninguna clase. Le llamó la atención que Saint-Germain hubiera hecho esa elección. Aquel era un barrio de escaso encanto para un hombre que, en época prerrevolucionaria, presumía de conde y derrochaba su fortuna en las cortes de media Europa. Pero una vez en la vía, frente a la fachada del restaurante en cuestión, el joven general creyó comprender la sutileza de semejante decisión.
 En efecto: talladas en su fachada de piedra, unas letras grandes anunciaban que aquel era el Auberge Nicolás Flamel, "la casa más antigua de París". Allá donde mirara había un medallón o un signo en altorrelieve. Pequeñas figuras de ángeles y profetas emergían por todas partes confiriendo al conjunto un aspecto casi catedralicio.
 Bonaparte apreció el curioso humor del conde. Si la memoria no le fallaba, el tal Flamel no fue sino un celebérrimo alquimista parisino del siglo XV, amén de impresor y copista reputado, del que se decía que había obtenido la piedra filosofal en compañía de su esposa, la bella y no menos famosa Pernelle. Saint-Germain, por supuesto, debía de conocer aquella historia al dedillo. Para los amantes de la "ciencia sagrada", iniciados en la piedra filosofal, esta era sinónimo de árbol de la vida o de elixir de la eterna juventud. Y Nicolás Flamel era un verdadero referente para todos ellos.
 -¡Pero esos son bobadas, monsieur! ¡La piedra filosofal no existe más que en los delirios de los locos!
 La señora Nerval, una oronda mujerona del Aude, viuda del antiguo dueño del negocio, se rio de la ocurrencia de su nuevo huésped mientras le servía un magnífico saumon roti et ses lentilles aux lard y una espléndida jarra de cerveza.
 -Muchos parisinos creen que la piedra existió realmente... -le objetó sin demasiada convicción, mientras invitaba a la cocinera a que se sentara a la mesa. Estaban solos. Era el día libre del servicio.
 -¡Oh, vamos, ciudadano general! Con la Revolución todas esas supercherías quedaron atrás. Eso son cosas de curas.
 -No, no me entienda mal, señora... Si yo no digo que crea en ellas. Os pregunto por curiosidad.
 -Ya, claro -sonrió picarona-. Vos lo decís por el texto que habéis visto grabado en la fachada, ¿no es cierto?
 Bonaparte asintió por cortesía. En realidad, la sección frontal del restaurante estaba tan ennegrecida por el humo de las cocinas que ni se le había ocurrido pensar que hubiera algo que leer en ella además del nombre del local.
 -Debéis de saber que esta casa fue levantada por un mago, el Nicolás Flamel que da nombre a esta finca -prosiguió, dejando que su cliente probara el salmón a la plancha-. ¡Fue otro loco, creedme! Quizá hayáis oído hablar de él. Flamel fue un ricachón de los de antes, con el bolsillo forrado pero consumido por los remordimientos. ¡Ya no quedan de esos!
 Bonaparte asintió mientras se relamía.
 -El caso es que, para redimir el pecado de la riqueza, se entretuvo en levantar varias viviendas como esta por todo París. Las decoró todas con estatuas y símbolos a cual más extraños, pero ésta es la única que queda en pie. La más sólida. Es de 1407. La fecha está sobre el dintel.
 -¿Sobre el dintel? -tragó.
 -Sí. No me puedo creer que no la hayáis visto, general.
 -Pues no, señora.
 -Es una especie de oración. En realidad, si alguien le quitara el "amén" y borrara lo del "padrenuestro" y el "avemaría", podría hasta hacerla pasar por un edicto de la Junta Revolucionaria...
 Madame de Nerval se rio abiertamente de su propia ocurrencia ante la mirada sorprendida del oficial, que había decidido probar también un poco del vino de la casa.
 -¿Os sabéis de memoria la frase del dintel?
 -¡Por supuesto! -repuso-. "Nosotros, hombres y mujeres trabajadores, vivimos en la parte delantera de esta casa que fue hecha en el año de gracia de 1407. Cada uno tenemos la obligación de decir todos los días un padrenuestro y un avemaría pidiendo a Dios que por su gracia perdone a los pobres pecadores difuntos. Amén". Creo que no me he olvidado nada...
 -Impresionante. La recitáis de carrerilla". 

domingo, 28 de agosto de 2016

"Curso de lingüística general".- Ferdinand de Saussure (1857-1913)


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Capítulo VI: Representación de la lengua por la escritura
 2.-Prestigio de la escritura. Causas de su ascendiente sobre la forma hablada

 "Lengua y escritura son dos sistemas distintos; la única razón de ser del segundo es representar al primero; el objeto lingüístico no es definido por la combinación de la palabra escrita y de la palabra hablada; esta última constituye por sí sola ese objeto. Pero la palabra escrita se mezcla tan íntimamente a la palabra hablada de que es imagen, que termina por usurpar el papel principal; y se llega a dar a la representación del signo vocal tanta y más importancia que al signo mismo. Es como si se creyese que para conocer a alguien vale más mirar su fotografía que su rostro.
 Esta ilusión ha existido en todas las épocas y de ella están teñidas las opiniones corrientes que se propalan sobre la lengua. Así, comúnmente se cree que un idioma se altera con mayor rapidez cuando no existe la escritura. nada más falso. En ciertas condiciones la escritura muy bien puede retardar los cambios de la lengua, pero, a la inversa, su conversación no está comprometida en modo alguno por la ausencia de escritura. El lituano, que todavía hoy se habla en la Prusia oriental y en una parte de Rusia, no es conocido por documentos escritos sino a partir de 1540; pero en esta época tardía, en su conjunto ofrece una imagen tan fiel del indoeuropeo como el latín del siglo IIIº antes de Cristo. Esto basta para mostrar cuán independiente es la lengua de la escritura.
 Ciertos hechos lingüísticos muy tenues se han conservado sin ayuda de ninguna notación. En todo el período del antiguo alto alemán se escribió: toten, fuolen y stozen, mientras que a finales del siglo XII aparecen las grafías töten, füelen, frente a stozen que subsiste. ¿De dónde proviene esta diferencia? En todas las partes en que se ha producido, había una y en la sílaba siguiente: el protogermánico presentaba *daupyan, *folyan, pero *stautan. En el umbral del período literario, hacia el 800, esa y se debilitó a tal punto que la escritura no conserva ningún recuerdo de ella durante tres siglos; sin embargo, había dejado un leve rastro en la pronunciación; ¡y he aquí que, hacia 1180, como antes hemos visto, reaparece milagrosamente bajo la forma de "umlaut"! De ese modo ese matiz de pronunciación se había transmitido exactamente sin ayuda de la escritura.
 La lengua tiene, por tanto, una tradición oral independiente de la escritura y fijada de modo muy distinto; pero el prestigio de la forma escrita nos impide verlo. Los primeros lingüistas se equivocaron al respecto, como antes que ellos los humanistas. El mismo Bopp no hace distinción neta entre la letra y el sonido; leyéndole, se creería que una lengua es inseparable de su alfabeto. [...] Todavía hoy, hombres esclarecidos confunden la lengua con su ortografía; ¿no decía Gaston Deschamps de Berthelot "que había salvado al francés de la ruina" porque se había opuesto a la reforma ortográfica?
 Mas, ¿cómo se explica este prestigio de la escritura?
 1º.-En primer lugar, la imagen gráfica de las palabras nos impresiona como un objeto permanente y sólido, más idóneo que el sonido para constituir la unidad de la lengua a través del tiempo. Aunque este vínculo sea superficial y cree una unidad puramente ficticia, es mucho más fácil de captar que el vínculo natural, el único verdadero, el del sonido.
 2º.-En la mayoría de los individuos las impresiones visuales son más netas y duraderas que las impresiones acústicas; por eso se atienen preferentemente a las primeras. La imagen gráfica termina por imponerse a expensas del sonido.
 3º.-La lengua literaria incrementa además la importancia inmerecida de la escritura. Tiene sus diccionarios, sus gramáticas; es según el libro y por medio del libro como se enseña en la escuela; la lengua aparece regulada por un código; pero ese código mismo es una regla escrita, sometida a un uso riguroso: la ortografía, y eso es lo que confiere a la escritura una importancia primordial. Se termina por olvidar que se aprende a hablar antes de aprender a escribir, y la relación natural resulta invertida.
 4º.-Por último, cuando hay desacuerdo entre la lengua y la ortografía, el debate es siempre difícil de zanjar para quien no sea lingüista; pero como éste no tiene voz en la disputa, la forma escrita tiene casi fatalmente las de ganar, porque toda solución que se atenga a ella es más cómoda; por este motivo la escritura se arroga una importancia a la que no tiene derecho".   

sábado, 27 de agosto de 2016

"Las hijas del frío".- Camilla Läckberg (1974)


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Fjällbacka, 1924

 "-Pues... -Martín se tomó unos segundos para pensar su respuesta-. Si pudieras explicarme lo que caracteriza a una persona con Asperger... ¿Cómo se sabe que sufre justo ese síndrome?
 -En primer lugar, se trata de un diagnóstico que empezó a establecerse no hace tanto. Se comenzó a hablar de él en serio unos quince años atrás, aunque existe documentación anterior. Es una limitación funcional que recibió su nombre de Hans Asperger. Algunos investigadores aseguran hoy que él mismo padecía el síndrome.
 Martín asintió, invitándola a continuar.
 -Es una forma de autismo, pero quien lo sufre suele tener entre una inteligencia normal y muy alta.
 Martín ya lo sabía, pues Morgan lo había mencionado. Eva prosiguió:
 -Lo que complica la descripción del síndrome de Asperger es que sus síntomas varían de un individuo a otro y ello obliga a clasificarlos en varios subgrupos. Algunos se encierran en sí mismos, presentando un comportamiento más similar al del clásico autista, mientras que otros son muy activos. Es raro que se detecta pronto. Los padres pueden sentirse preocupados porque su hijo se comporta de un modo anómalo, pero sin saber decir exactamente en qué consiste la desviación. Y el problema es, ya te digo, que puede haber grandes diferencias entre un niño y otro. Algunos niños con Asperger empiezan a hablar muy pronto, otros extraordinariamente tarde. Los mismo ocurre con cuándo empiezan a caminar y con otros aspectos del desarrollo. Por lo general, los problemas no empiezan a hacerse realmente patentes hasta que no alcanzan la edad escolar, aunque entonces suelen recibir el falso diagnóstico de TDAH o de DAMP.
 -¿Y cuáles son los síntomas entonces?
 Martín se olvidaba de comer, hasta tal punto lo fascinaba el tema. Antes de solicitar su admisión en la Escuela Superior de Policía, estuvo acariciando la idea de estudiar psicología y a veces se preguntaba si no habría errado su elección final. Nada le resultaba más interesante que la psique humana y las anomalías de algunas de sus manifestaciones.
 -El síntoma más claro es probablemente la dificultad de interacción social. Se comportan constantemente de un modo inapropiado, no comprenden las reglas comunes y, por ejemplo, tienen tendencia a decir la verdad claramente, lo que, como es natural, dificulta su relación con las demás personas. Existe también un rasgo de marcado egocentrismo. Les cuesta tener en cuenta los sentimientos y lasa vivencias de los demás y sólo procuran satisfacer sus propias necesidades. Por lo general, tampoco precisan relacionarse con otras personas. Si, pese a todo, juegan con otros niños, pretenden decidirlo todo o, algo más habitual entre las niñas con ese síndrome, se someten por completo a la voluntad de los demás niños. Otro indicio claro es que desarrollen un interés tal por algún campo del saber que lo dominen por completo. Los niños con Asperger tienen la capacidad de interesarse muchísimo por los detalles y suelen aprenderlo todo sobre su tema favorito. Al principio, para los adultos puede resultar interesante escuchar los conocimientos de los niños, pero son tan estrechos de miras y obsesionados por su especialidad que los demás niños no tardan en perder el interés. Al alcanzar la edad escolar, suelen empezar a notarse las obsesiones tanto de pensamiento como acción. Tienen que hacer las cosas de un modo concreto y obligan a su entorno a hacer lo mismo.
 -¿Y desde el punto de vista del lenguaje? -preguntó Martín recordando la forma tan extraña de expresarse de Morgan.
 -La lengua es otro indicador importante -dijo Eva apurando los últimos restos de ensalada que quedaban en el recipiente de plástico antes de continuar-: Es una de las grandes dificultades a las que las personas con Asperger se enfrentan en lo cotidiano. Cuando nos comunicamos, expresamos por lo general mucho más de lo que denotan puramente las palabras. Utilizamos el lenguaje corporal, las expresiones faciales, cambiamos el tono de la frase, acentuamos de forma distinta y utilizamos tranquilamente metáforas y comparaciones. Todo esto constituye una dificultad para una persona con Asperger. Una expresión como "tendremos que saltarnos el café" puede ser interpretada textualmente, es decir, entienden que lo que se proponen es saltar por encima de una taza de café. Incluso cuando ellos mismos hablan, les cuesta comprender cómo suena su discurso en comparación con el de los demás. A veces hablan muy bajito, casi en un susurro, en otras ocasiones chillan y hablan muy alto. Y, por lo general, con una cantinela monótona".   

viernes, 26 de agosto de 2016

"Arcadia".- Iacopo Sannazaro (1458-1530)


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 Prosa tercera

 "Ya se callaban ambos pastores libres del cantar, cuando todos incorporados, dejando allí a Uranio con dos compañeros, nos pusimos a seguir a las ovejas, que un buen trecho, bajo la vigilancia  de los fieles perros, habían ya recorrido. Y pese a que los frondosos saúcos cubiertos de olorosas flores ocupaban casi la totalidad del amplio camino, la luz de la luna era tan clara que, como a pleno día, aparecía el sendero. Y así, siguiendo a las ovejas, íbamos en el silencio de la serena noche conversando sobre las canciones que habíamos oído y encomiando el iniciar de Montano, pero mucho más el rápido y seguro responder de Uranio, a quien el sueño (aunque apenas despierto comenzase a cantar) no le pudo restar ni un ápice de los merecidos elogios. Por lo que cada cual daba gracias a los benignos dioses por habernos guiado de improviso a tal deleite. A veces sucedía que mientras nosotros marchábamos por el camino hablando de estas cosas, los roncos faisanes cantaban en sus moradas, y nos hacían a menudo, por escucharlos, dejar interrumpidas las conversaciones, que nos parecían más agradables de esta forma a que si las hubiésemos proseguido ordenadamente, sin tan agradable molestia. Entre tales placeres llegamos a nuestras cabañas, en donde después de acallar el hambre con rústicas viandas, nos echamos a dormir sobre la acostumbrada paja, esperando vivamente el nuevo día, en el que con solemnidad debía celebrarse la alegre fiesta de Pales, veneranda diosa de los pastores.
 Por reverencia de la cual, tan rápido como el sol apareció en oriente, y los pájaros sobre las verdes ramas cantaron, anunciando la cercana luz, cada uno de nosotros, igualmente despierto, comenzó a adornar su establo con ramas verdísimas de encinas y madroños, colocando sobre la puerta una larga guirnalda de hojas y de flores de retama; y después con humo de azufre cada cual fue rodeando devotamente los satisfechos rebaños, y purgándolos con piadosos ruegos para que ningún mal les pudiese acontecer. Cada cabaña retumbó con el sonido de diversos instrumentos, cada camino y poblado; y todo trivio se vio sembrado de verdes mirtos. Y todos los animales en la santa fiesta conocieron el deseado reposo. Las rejas, los rastrillos, las azadas, los arados y los yugos, ornados con guirnaldas de recientes flores, mostraron la huella de un agradable ocio. No hubo nadie entre los yunteros que durante aquel día pensase en hacer labor o tarea alguna; todos alegres cantaron amorosas canciones alrededor de los enguirnaldados bueyes en los pesebres. Además se pudo ver por los caminos a los muchachos vagabundos ejercitar pueriles juegos junto a las sencillas doncellas, en señal de común alegría.
 Pero para poder ofrecer entonces con fervor los votos, hechos en las necesidades pasadas, sobre los humeantes altares, todos juntos nos dirigimos al santo templo. Llegados a éste después de subir unos pocos peldaños, vimos pintadas sobre su puerta algunas selvas y colinas bellísimas y abundantes en árboles frondosos, y en mil variedades de flores; entre aquellos se veían muchos rebaños, que iban pastando y esparciéndose por los verdes prados, con unos diez perros alrededor que los vigilaban; las pisadas de éstos se discernían muy bien sobre el polvo. De los pastores algunos ordeñaban, algunos tundían lana, otros tocaban zampoñas y otros había que cantando parecía que procuraban armonizarse con el sonido de aquellas. Pero lo que miramos con más placer fue un grupo de Ninfas desnudas, que estaban medio escondidas detrás de un tronco de castaño, riéndose de un carnero, que por pretender coger una guirnalda de encina, que le colgaba delante de los ojos, se olvidaba de comer las hierbas que alrededor tenía. En este punto llegaban cuatro Sátiros con cuernos en la cabeza y pies caprinos, caminando sigilosamente entre una maleza de lentiscos, para sorprender a las Ninfas por la espalda; advirtiéndolo éstas, se daban a la fuga por el tupido bosque, sin esquivar los espinos y todo lo que les pudiese dañar. Entre ellas había una, más rápida que las otras, que se había subido en un carpe, y desde allí, con una larga rama en la mano se defendía; las otras, por el miedo, se habían lanzado a un río y por este huían nadando, y las blancas olas poco o nada les escondían de sus blancas carnes. Una vez que se veían libres de peligro, quedaban sentadas en la otra orilla, agitadas y anhelantes, secándose los mojados cabellos; y con gestos y con palabras parecía que quisiesen increpar a los Sátiros, que no las habían podido alcanzar".   

jueves, 25 de agosto de 2016

"Guía y avisos de forasteros que vienen a la Corte".- Antonio Liñán y Verdugo (s. XVII)


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Novela y escarmiento trece

 "Tenía un hidalgo honrado, que vivía en esta Corte, dos hijos pequeños; el uno de ellos inclinóse a los estudios y habiéndolos proseguido en la Compañía de Jesús y en sus seminarios y colegios, que tanto fruto han hecho a toda la cristiandad, perseveró en ellos, graduóse, tomó estado y vivió y acabó con opinión de varón de virtud. El otro, que echó por otro camino, comenzó a profesar amistad y admitir en su compañía a un mozuelo, hijo de un hombre común, de un oficio tan baladí que le paso en silencio. Aficionósele de verle una fiesta en la tarde jugar las armas en la plazuela de Antón Martín, y sin poderlo remediar el maestro y ayo que lo criaban, le hizo llamar a casa y tomó lecciones de la esgrima, y él que la tenía buena en la lengua, le comenzó a enseñar otras lecciones de distraerse, ir de noche a casa de mujeres, comer golosinas, echar pullas, dar matracas y de ahí vino a enseñarle a hacer llaves falsas para los escritorios  de su padre, a coger las piezas de plata, las joyas de oro, a dar cuchilladas de noche, a azotar mujercillas, huir de la justicia, comer en bodegones, sacar fiado, estar toda la noche en la casa del juego, toda la mañana en casa de la mujercilla deshonesta y toda la tarde en la comedia. ¿En qué había de parar esta vida y qué fin habían de tener estos pasos? Hicieron no sé qué agravio a su amigote dos cortesanos ricos y mozos, tomó la causa por suya, buscáronlos una noche con una gavilla de bellacos y, bien o mal muerto, mataron al uno; no osó volver a la casa de su padre el hijo del hijodalgo, ni se atrevió a parecer en mucho tiempo en la Corte. Habíase encenagado con una mujercilla el otro ruin amigo, salióse con ella y fuéronse la vuelta de Córdoba. Allí la puso en el lugar más deshonesto que pudo y le obligó a comer de lo que ella le daba: sobre no sé qué agravio, que la hizo otra tal como ella, necesitó al pobre mancebo a cortarla la cara: fuéronse a Málaga, y allí no corriendo los tiempos como ellos pensaron, topáronse con otro amigo peor que el primero, que también comía al tercer día: era más práctico en la tierra, enseñóles no sé qué casas de hombres ricos y entre los dos y la mujercilla escalaron una noche una de ellas y robáronla. Andaba ya la justicia con vislumbres y asombros de dar con ellos y tomaron la derrota para Sevilla, y estando ya a pocas leguas de la ciudad festeando en una venta sobre la paga de lo que habían comido, el hijo del hidalgo se atravesó y le tiró un almirez y, por darle a él, le dio a la mujer y la mató. Prendiólos la Hermandad y puestos presos en Sevilla, los de Málaga, que andaban en su seguimiento, dieron con ellos en la cárcel; reconociólos el dueño de la hacienda robada en Málaga: acumularónle al mozuelo la muerte de Madrid, que no faltó en la plaza de San Francisco quien diese soplo: pusiéronle en el tormento, confesó la verdad. Yo estaba entonces a unos negocios en Sevilla y vi a la mujercilla azotarla y a él ahorcarlo y hacerle cuartos, y decía el pregón no menos que por homicida y a él por rufián y escalador de casas. Veis aquí a un mozo, hijo de un padre de buena sangre, criado en su casa con ayo y maestro, que en esto se dice si era rico y si tenía harto regalo, y por criarse con libertad y pegarse a ruines amigos, paró en la horca. Yo conté a algunas personas que se hallaron presentes a verle ajusticiar de cuán buena gente era y con el regalo que se había criado, y se hacían un mar de lástimas y decían que dieran sus haciendas para librarlo si sus delitos fueran tales que tuviera lugar la misericordia en la justicia.
 -Grande compasión me ha hecho -dijo Don Diego- ese pobre mozo; bastantemente me habéis espantado las orejas para que no traiga a mis hermanos a la Corte y también para que si mi fortuna fuere tal que tomare aquí estado, procure mirar con un amor entrañable de padre, y un desvelo y atención cristiana, cómo crío mis hijos y mis hijas si me los diere Dios.
 -Pues, para acabaros de obligar de una vez -replicó Leonardo- a esa paternal prevención, para que si os casáredes en Corte y tuviéredes hijas miréis por ellas, os quiero escarmentar con otra lástima mayor que la pasada".  

miércoles, 24 de agosto de 2016

"Los amantes de Teruel".- Juan Eugenio Hartzenbusch (1806-1880)

 
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 Acto IV
 Escena VII

 "Isabel: ¡Tú me has perdido!
 La desventura sigue tus pisadas.
¿Dónde mi esposo está? ¡Dímelo, pronto,
para que fiel a socorrerle vaya,
y a fuerza de rogar venza sus iras!
 Marsilla: ¡Justo Dios! ¡Y decía que me amaba!
 Isabel: ¿Con su pasión funesta reconvienes
a la mujer del vengativo Azagra?
¡Te aborrezco! (Vase.)

Escena VIII

 Marsilla: ¡Gran Dios! Ella lo dice.
Con furor me lo dijo: no me engaña.
Ya no hay amor allí. Mortal veneno
su boca me arrojó, que al fondo pasa
de mi seno infeliz, y una por una,
rompe, rompe, me rompe las entrañas!
Yo con ella, por ella, para ella
viví... Sin ella, sin su amor, me falta
aire que respirar... ¡Era amor suyo
el aire que mi pecho respiraba!
Me le negó, me le quitó: me ahogo,
no sé vivir.
 Voces: (Dentro.) Entrad, cercad la casa.

Escena IX

 Isabel: (trémula y precipitada.) Huye, que viene gente, huye.
 Marsilla: (todo trastornado.) No puedo.
 Voces: (dentro.) ¡Muera, muera!
 Marsilla: Eso sí.
 Isabel: Ven.
 Marsilla:  ¡Dios me valga! (Isabel le ase la mano y se entra con él por la puerta del fondo.)

[...]
Escena XI
 
 Isabel: ¡Madre del alma!
 Adel:  Vedle allí...
 Margarita: ¡Santo Dios!
 Pedro: Inmóvil...
 Isabel: ¡Muerto!
 Adel: Cumplió Zulima su feroz venganza.
 Isabel: No le mató la vengativa mora.
Donde estuviera yo, ¿quién le tocara?
Mi desgraciado amor es quien le mata.
Delirante le dije: Te aborrezco:
él creyó la sacrílega palabra,
y expiró de dolor.
 Margarita: Por todo el cielo...
 Isabel: El cielo que en la vida nos aparta
nos unirá en la tumba.
 Pedro: ¡Hija!
 Isabel: Marsilla
un lugar a su lado me señala.
 Margarita: ¡Isabel!
 Pedro: ¡Isabel!
 Isabel: Mi bien, perdona
mi despecho fatal. Yo te adoraba.
Tuya fui, tuya soy: en pos del tuyo
mi enamorado espíritu se lanza. (Dirígese adonde está el cadáver de Marsilla; pero antes de llegar, cae sin aliento con los brazos tendidos hacia su amante.)"




martes, 23 de agosto de 2016

"Una habitación con vistas".- Edward Morgan Forster (1879-1970)

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 XV.- El desastre interior

 "-Sin duda, la novela es mala -añadió-. Nunca me ha gustado la señorita Lavish; pero supongo que hay que leerla puesto que la conocemos.
 -Todos los libros actuales son malos -dijo Cecil; molesto por la poca atención que le prestaban, pasaba su fastidio a la literatura-. Todos escriben por dinero hoy en día.
 -¡Cecil...!
[...]
 -¿Le gusta esta panorámica que tenemos, señor Emerson?
 -No sé distinguir entre panorámicas.
 -¿Qué quiere decir?
 -Que todas son parecidas. Que lo que importa en ellas es la perspectiva y el aire.
 -¡Hum! -murmuró Cecil, inseguro entre si la observación era acertada o no.
 -Mi padre... -miró arriba hacia ella (y ella estaba algo sofocada)- dice que hay una única y perfecta panorámica: la del cielo extendido sobre nuestras cabezas, y el resto de las panorámicas posibles en la tierra no son más que burdas copias de ésta.
 -Deduzco que su padre ha leído a Dante -dijo Cecil mientras manoseaba la novela, como única salida por la que podía llevar la voz cantante de la conversación.
 -Nos dijo en otra ocasión que las panorámicas son rebaños, rebaños de árboles, de casas, de colinas, que están muy cerca para parecerse los unos a los otros, como los rebaños humanos. De ahí que el poder que tienen sobre nosotros es algo sobrenatural, por la misma razón.
 Los labios de Lucy se abrieron.
 -Pero un rebaño es más que la gente que lo forma. Algo se le añade, nadie sabe cómo, de la misma manera que si algo se añadiera a estas colinas.
 Señaló con su raqueta las colinas del sur.
 -¡Qué buena idea se me ocurre! - murmuró Lucy-. Me gustaría oír hablar a su padre nuevamente. Siento que no se encuentre muy bien.
 -No, no se encuentra bien.
 -Hay una absurda descripción de una panorámica en este libro -dijo Cecil.
 -También estos hombres caen dentro de dos categorías: los que no tienen en cuenta las panorámicas y los que las recuerdan, incluso en habitaciones pequeñas.
 -Señor Emerson, ¿tiene hermanos o hermanas?
 [...]
 -Cecil, léenos esa parte acerca de la panorámica.
 -No mientras el señor Emerson esté aquí para entretenernos.
 -No, lee. Creo que no hay nada más divertido que oír tonterías leídas en voz alta. Si el señor Emerson nos considera frívolos, puede irse.
 [...]
 Lucy oyó su propia voz diciendo:
 -No vale la pena leerlo... Es demasiado estúpido leerlo. Nunca había visto semejante porquería, no deberían permitir que se imprimiera.
 Cecil le arrebató el libro de las manos.
 -"Leonora -leyó- se sentó pensativa y sola. Detrás se extendía la campiña toscana salpicada a lo lejos por sonrientes aldeas. Era primavera."