lunes, 12 de febrero de 2018

Cinco años de cama.- Roger Wolfe (1962)


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La cuota

«Cada vez estoy más convencido
de que en el momento en que nacemos
se nos asigna una cuota fija de cretinos
cuya única misión en este mundo
es esperar a cruzarse con nosotros
para jodernos irremediablemente el día,
la semana, el mes, el año,
o tal vez -si tienen suerte- / la vida entera.

Sólo Dios -y puede que también
la puta que los echó al mundo- / sabe de dónde salen; a veces pienso
que hay una fábrica en algún sitio / que se dedica a producirlos en cadena.

Mi cretino de hoy se me ha aparecido en el estanco
en la persona de un viperino dependiente gilipollas
para decirme que el billete que le he dado / no era de dos mil, sino de mil.

Tras consumir una nada desdeñable / porción de mi tiempo y de mi única vida
en un inútil forcejeo con el macaco, / y para evitar males mayores
(hacerle un siete en el careto, / por ejemplo, o darle fuego a la covacha),
he decidido concederle el beneficio de la duda / y largarme a otra parte con la murga...

De los cretinos de raza o alto estandin / -la policía, los políticos-
se puede aprender a huir; / pero de estos pequeños dictadores
que se atrincheran tras los mostradores y las ventanillas / de su mala leche y de su incompetencia
para amargarnos el día a día de la vida / no hay posible escapatoria.

A mí me queda por lo menos el recurso / de convertir estos incidentes en poemas
(y al fin y al cabo -me convenzo- / mil hipotéticas pesetas no son tanto
por convocar un sábado a las musas).

Pero los cretinos, por desgracia, / nunca se conforman con tan poco:
la próxima vez que leáis una noticia / de masacre en unos grandes almacenes,
o en un colegio, o en la proverbial hamburguesería,
no busquéis turbios argumentos psicosociológicos / o de violencia mediática
para explicaros la tragedia; podéis estar seguros / de que el autor de la matanza
habrá sido un pobre hijo de puta / al que finalmente desbordaron las exigencias
de seguir cumpliendo con su cuota.

 
La avería

Dar amor, lo sé. / Pero no funciona.
Mostrar piedad, lo sé. / Pero no funciona.
Eliminar el Yo, lo sé. / Pero no funciona.
Acabar con el deseo, / lo sé./ Pero no funciona.
Poner / la otra mejilla, / lo sé. / Pero no funciona.
Vivir el hoy (y no el mañana / ni el ayer), lo sé. / Pero no funciona.
¿Qué hacer, entonces? / No lo sé. / Y no funciona.

 
 La poesía es un revólver apuntando al corazón

 No quiero oír / ni me seducen / las bellas palabras, / las guirnaldas líricas / de melancolía, / los místicos / efluvios / de correctas costureras, / el ingenio de salón, / las higienizadas / flatulencias / de la mediocridad / más absoluta / envueltas en perfumes / de buen gusto, / mesura / o sensatez; / no me interesan/ las declaraciones / de intenciones, / los panfletos, / las proclamas, / los manifiestos, / las teorías / para salvar el mundo / o apuntalar lo poco / que va quedando / de él; / me importa un bledo / el compromiso, / las causas / perdidas o encontradas, / la lucha, / la justicia, / la cultura, / la igualdad social, / la delincuencia, / el paro, / el hambre, / la droga, / el terrorismo, / los discursos, / los papeles, / la retórica, / la demagogia / en voz baja / o en alta voz; / me dejan frío / las explicaciones, / las excusas, / los esques / los peros / los porqués, / los miserables / paños calientes / emocionales / con que intentáis / aliviar los sabañones / de vuestra culpa / y vuestra falsedad; / me la trae / más que floja / vuestra estéril / verborrea, / vuestro léxico vacío, / vuestro discurso / manoseado / como un periódico / de ayer; / yo quiero al hombre, / al SER HUMANO, / solo ante el espejo,/ desnudo y tiritando, / su alma, / sus entrañas, / la diminuta / inmensidad / de su sangrante / maltrecho / humilde / y finalmente esplendoroso / corazón.»

 
 [Los poemas pertenecen a la edición en español de Editorial Prames. ISBN:  84-95116-07-3.]

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